@Jucely_Hernández
El arte tiene muchas formas, y una de ellas es la escritura. Amo leer. PUEDES ESCRIBIRME CUANDO QUIERAS. Chiapas, México. -MARHERN.
SIN SENTIDO
Dec 23, 2018 Chapter 5
CAPÍTULO 4:
Chrystal al ver que el auto se detuvo no muy lejos de ella, dio velocidad al paso.
- ¿Entonces sí quieres que te lleve? -preguntó el chico con una sonrisa sarcástica, al mismo tiempo que abría la puerta del auto, invitando a Chrystal a subir.
Ella accedió y subió sin pensarlo mucho, cerró la puerta y el auto arrancó.
- Gracias -hizo una pausa breve y continuó- ¿Por qué me esperaste? -preguntó con un cierto grado de timidez.
- Pues creo que nadie más iba a pasar por ti, ¿cierto? -respondió el chico quitándose los lentes y poniéndolos en su camisa; Chrystal volteó a verlo y hasta ese momento se dio cuenta de quién era: Farid.
- Cierto -al decir esto Chrystal bajó la voz un poco.
Centró su mirada en un anillo no tan voluminoso pero llamativo para ella que estaba en la mano izquierda de Farid. No conocía mucho de joyas pero podría asegurar que era de oro puro, tenía un triángulo y un dragón dentro de él. Dio un vistazo al camino y se animó a preguntar:
- ¿Eras tú el que estaba en el parque, verdad? -pasaron unos minutos y Farid no respondía, en el auto se sentía un ambiente de tensión. Chrystal vio el semáforo, estaba en rojo, que significa alto así qué aprovechó para bajar de ahí, rápidamente abrió la puerta y se levantó; de repente algo le sorprendió.
- ¡Sí! -dijo Farid lanzándose a agarrar la mano de Chrystal- Sí era yo -ella hizo un movimiento con el brazo intentando librarse de Farid pero no pudo.
- ¿Te molesta? -dijo refiriéndose a lo del parque.
- ¿Qué hacías ahí? ¿Por qué me estabas espiando?
- Cierra la puerta, para que podamos seguir, por favor, y contesto tus preguntas.
Ella no lo conocía, no sabía de donde había llegado pero notaba cierta sinceridad en sus palabras, lo que la hizo confiar en él. Chrystal volvió a entrar en el auto y continuaron el camino.
- Ahora respóndeme.
- No había podido hablar contigo antes por internet, y decidí ver cómo estabas, pero creí que te asustaría verme allí, así que por eso ya no te hablé.
- ¿Y eso es todo?
- Sí, ¿esperabas algo más?
- ¿Dime por qué llegaste a allí?, es decir, no nos conocemos, ¿por qué estás interesado en mí?
- ¿Qué te hace pensar eso? -dijo Farid seriamente.
- Porqué más irías a verme, porqué más me darías tu abrigo y porqué más me estás llevando a casa.
Él sonrió irónicamente.
- Por cierto, no te he dicho ni siquiera mi dirección
- No hace falta, -al decir esto Chrystal volteó a verlo sorprendida, ¿acaso se refería a que también la había seguido a casa antes?- es decir, -continuó Farid al ver la expresión de Chrystal- ésta es la ruta del autobús, lo que significa que voy por buen camino, ¿cierto?
- Sí, cierto; así que no me querías asustar al hablarme pero si decidiste seguirme.
- No lo hice.
- ¿Entonces por qué estuviste ahí al poco tiempo de que bajé del autobús?
- Pues solo creí que necesitarías ayuda.
- Claro.
- Te estoy diciendo la verdad.
- ¿Acaso estás coludido con mis amigas?
- No.
- ¿Entonces vas a secuestrarme o algo así?
- Nunca he hablado con Sibel o Kusum, mucho menos Trisha.
- ¿Cómo sabes sus nombres?
- Y si quisiera secuestrar te ya lo habría hecho, ¿no te parece?
- ¿Cómo sabes sus nombres? -preguntó Chrystal por segunda vez. Pero esta vez su voz sonaba un poco temblorosa, con temor.
- Te conozco, les preguntas te por mi.
- ¿Pero como sabes eso?, si se supone que no las conoces.
- Las escuché. Cuando acompañaste a Trisha. Cuando antes de entrar a la escuela interrogaste a Kusum y supongo que con Sibel hiciste lo mismo.
- Puedes dejarme aquí. - dijo ella cuando aun faltaban cinco cuadras para llegar a su casa. Y Farid lo sabía. Justo en la parada del autobús.
- ¿Estas segura?
- Sí.
El no quería incomodarla más, así que dejó que bajara del auto. Esperó a verla cruzar con bien la calle, arrancó rápidamente el auto y se marchó.
Mientras Chrystal caminaba seguía pensando si eso podría ser algún tipo de broma o si en realidad ninguna de sus amigas lo conocía, pues si así era sus amigas tal vez corrían grave peligro.
En medio de su pensar ella recordó que aun tenía puesto el abrigo de Farid. Ya iba a mitad de la cuadra, volteó a ver el auto y por supuesto ya no estaba, por alguna razón ella no se quitó el abrigo, a pesar de que ya no llovía. Chrystal ni siquiera se dio cuenta cuando el auto se fue.
Volvió la vista al frente y continuó su camino. No paraba de pensar en Farid.
Mientras tanto Chrystal tuvo el presentimiento de que alguien la observaba, creyó que era su imaginación, pero no era así. Y no solo a ella observaba, sino también a Farid; los había seguido. Vio cuando Chrystal bajó del auto y la siguió hasta su casa.
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